Para estos días es común que la gente gaste sus ahorros o sus aguinaldos en diversos gadgets para el hogar: asistentes que responden a nuestra voz, cámaras de seguridad, cerraduras inteligentes, luces automáticas de colores, bocinas que hablan y escuchan y cientos de productos que podemos descubrir en Amazon o eBay.
Si bien es cierto que resultan gadgets de novedad y que sorprenderán a nuestros amigos y familiares en estas fiestas de fin de año, hay que tener en cuenta algunas cosas que podrían arruinar la experiencia.
- Es preciso considerar estos equipos como un equipo único y de temporada que pronto dejará de ser novedad y que no será actualizable. Es un hecho que las marcas de bajo precio apuestan por componentes desechables que “no nos duela” dejar de usarlos o incluso abandonarlos.
- Estos gadgets operan de manera individual y no como ecosistema. La culpa la tiene la poca interactividad entre protocolos de comunicación. Y es que para integrarse a un “universo compatible” hay que pagar licencias, cosa que los fabricantes de gadgets baratos no están dispuestos a hacer.
- Muchos de estos equipos provienen de pequeñas empresas, muchas de ellas star ups que tienen poco tiempo en el mercado y que claramente no sabemos si han de sobrevivir. Basta revisar la historia reciente de cientos de firmas que existían hace apenas 3 o 5 años y que fueron borradas del panorama.
- Sería injusto y hasta ingenuo pensar que los gadgets baratos pueden entregar gran calidad de audio, video o acceso robusto a redes. Lo cierto es que su construcción apenas puede calificarse de mediana o decente en el mejor de los casos.
Con lo anterior no queremos decir que todos estos gadgets que damos y recibimos en Navidad no sirvan, simplemente que hay que contextualizarlos y darles el valor que merecen. Son solo gadgets de novedad y nada más.
No podemos pensar que estos equipos representan el concepto verdadero de una casa conectada o de una Smart Home, sin embargo cumplen con el cometido de ser un producto generalista de consumo masivo que va generar cierto “ruido” sobre tecnología que a la larga ayuda a que un concepto tecnológico tenga mayor reconocimiento.
Los gadgets tienen razón de ser como un producto simple, accesible y de vida corta, si lo entendemos así, podemos disfrutar mucho de ellos, sin adjudicarles “poderes” que no tienen.
Si de verdad estás pensando en una Smart Home (Casa Conectada o Casa Inteligente) tendrías que planearlo como un proyecto donde debería intervenir un experto en tecnología, un integrador y un instalador profesional. Por supuesto que el presupuesto será un tema a considerar, pero los resultados serán impactantes en el estilo de vida y en el valor que le da un sistema de automatización a una residencia. Hablamos de una casa con plena conectividad preparada para el futuro, segura, confortable, divertida, amigable con niños y con adultos mayores, pero sobre todo con respuestas automáticas y autónomas ante diversas situaciones.
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