El aire de nuestras casas podría estar más contaminado que el de las oficinas

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La calidad del aire interior (IAQ) tiene un impacto sustancial en la salud pública. Desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, un mayor número de empleados ha trabajado a distancia desde su casa para minimizar los contactos en persona.

Un estudio piloto pretende medir la diferencia en la IAQ del lugar de trabajo antes y durante la pandemia y su impacto en la salud de los empleados. Se midieron los niveles de partículas finas (PM2,5) y de sustancias químicas orgánicas volátiles totales (tVOC) en las oficinas de los empleados antes de la pandemia COVID-19 y en los hogares mientras trabajaban desde casa durante la pandemia, utilizando monitores de aire Foobot. Se evaluaron las frecuencias de seis síntomas del síndrome del edificio enfermo (SBS) en cada periodo de monitorización.

Puedes leer el estudio completo en inglés en: https://www.mdpi.com/2073-4433/12/12/1665/htm

El resultado mostró que los niveles de PM2,5 en los hogares mientras se trabajaba desde casa eran significativamente más altos que en las oficinas mientras se trabajaba en la oficina para todos los participantes (p < 0,05). Los niveles de PM2,5 en todos los hogares superaban la norma media anual basada en la salud (12 µg/m3), mientras que el 90% de las oficinas cumplían la norma. Los niveles de tVOC estaban todos por debajo de la norma (500 µg/m3). También se observó una mayor frecuencia de síntomas de SBS mientras se trabajaba desde casa, ya que la IAQ era peor en el hogar.

Este estudio sugiere que el trabajo desde casa puede tener un impacto perjudicial para la salud debido a la mala IAQ y que se debe considerar la posibilidad de proporcionar intervenciones a los empleados remotos.

La llegada de COVID-19 provocó el cambio del patrón de trabajo para trabajar desde casa a distancia para muchos empleados. Sin embargo, los hogares pueden no ser un buen entorno de trabajo, en comparación con los entornos de oficina convencionales con mejores sistemas de aire acondicionado y ventilación.

Además, las actividades que realizan las personas en sus casas pueden aumentar la contaminación del aire interior, lo que contribuye a generar más problemas de salud negativos. Por lo tanto, en este estudio piloto, se comparó la IAQ en las oficinas antes de la pandemia de COVID-19 y en los hogares durante la pandemia y el estado de salud de los empleados en ambos períodos para evaluar el impacto del trabajo desde casa en la salud de los empleados durante la pandemia. Nuestro estudio descubrió que la IAQ en los hogares durante la pandemia fue peor que la de la oficina antes de la pandemia en todos los participantes, y los participantes experimentaron una mayor frecuencia de síntomas de SBS mientras trabajaban desde casa. En concreto, la IAQ en el hogar era peor que la calidad del aire exterior, y los niveles de PM2,5 en todos los hogares mientras se trabajaba desde casa eran superiores a la norma basada en la salud de 12 µg/m3.

El interés por estudiar el impacto del COVID-19 en diferentes entornos ha llevado a un mayor escrutinio de la IAQ en los hogares durante el cierre. Un estudio reciente realizado en el norte de Italia estimó que los niveles medios de PM2,5 en el interior de las viviendas oscilaban entre 8,6 y 18,7 µg/m3, que eran más altos que los niveles de PM2,5 en el exterior (7,4-15,4 µg/m3) durante un periodo de estudio de dos semanas en verano durante el cierre.

Uno de los puntos fuertes de este estudio es que la evaluación de la IAQ en la oficina antes de la pandemia y la de la casa durante la pandemia en los mismos individuos en la misma temporada permitió comparar la exposición personal a los contaminantes del aire.

Además, se evaluó directamente el estado de salud durante esos dos períodos diferentes en cada individuo para investigar el impacto negativo en la salud de la pandemia de COVID-19. Otro punto fuerte de este estudio es la utilización de un monitor de aire Foobot de bajo costo, cuya fiabilidad y precisión en la recopilación de datos temporales y espaciales de IAQ fueron validadas en estudios anteriores. Este monitor proporciona datos en tiempo real y fue útil para monitorear múltiples lugares en el hogar simultáneamente, lo que permite el monitoreo longitudinal durante meses en cada período. Además, la interfaz de fácil uso que requiere un bajo mantenimiento y consumo de energía permite a los participantes instalarlo rápidamente sin la visita de un investigador a sus hogares cuando el distanciamiento social estaba en marcha.

Una de las limitantes de este estudio es qye las mediciones de IAQ no se realizaron durante todo el año y no se pudieron abordar los cambios estacionales y temporales. En el sur de Texas, los niveles de PM2,5 eran más altos en verano, debido al clima cálido y húmedo, y más bajos en invierno, y los residentes pueden experimentar más síntomas en verano y menos en invierno. Sin embargo, la diferencia estacional podría excluirse evaluando y comparando la IAQ y las quejas de salud en la misma estación. En cuarto lugar, el resultado de la salud se evaluó mediante encuestas de autoinforme, lo que conlleva sesgos de recuerdo. Por último, los efectos de otros factores de comportamiento podrían afectar estos resultados. Por ejemplo, algunos síntomas como el dolor de cabeza o la sequedad de ojos podrían estar relacionados con el aumento del tiempo de pantalla por el teletrabajo, y otros estudios propusieron que el aumento de las conductas sedentarias y la reducción de la actividad física pueden aumentar la susceptibilidad a resultados de salud adversos.

A pesar de estas limitaciones, la IAQ y los resultados de salud se midieron en la oficina y en el hogar de los mismos participantes, lo que proporcionó una oportunidad única para reunir una información limitada pero esencial, permitiendo la comparación de dos entornos de trabajo diferentes. Especialmente, estos hallazgos proporcionaron información sobre si los empleadores necesitan proporcionar un lugar saludable en el hogar para un trabajador a distancia y tal intervención será posible con costos razonables para proteger y mejorar la salud de todos los empleados. Deberían realizarse más estudios a gran escala teniendo en cuenta las limitaciones comentadas anteriormente.

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Las conclusiones

Este estudio descubrió que trabajar desde casa puede causar mayores problemas de salud a los empleados debido a una IAQ doméstica deficiente, lo que subraya la importancia de las intervenciones para mejorar la IAQ en casa. Una de las recomendaciones para mejorar la IAQ en los hogares puede lograrse mediante cambios de comportamiento, como abrir las ventanas y las puertas a menos que la calidad del aire exterior sea perjudicial. Otro enfoque es proporcionar a los trabajadores remotos purificadores de aire portátiles con filtros HEPA, especialmente en lugares donde es difícil conseguir una ventilación adecuada. Por último, la integración de estas estrategias con las tecnologías de los edificios inteligentes maximizaría la salud y el bienestar de sus ocupantes.

Puedes leer el estudio completo en inglés en: https://www.mdpi.com/2073-4433/12/12/1665/htm

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