Cuando apareció la serie de TV los Supersónicos en 1962, nos reíamos de ideas en extremo futuristas: hoy los Supersónicos se han quedado cortos. Videoconferencias, robótica avanzada, drones y vehículos voladores, videollamadas, chats digitales… bueno usted dígalo. Pero sin duda una de las áreas donde hay avances más que significativos es la automatización.
Por Sergio Gaitán, director de GME Aprendizaje
Usualmente se asocia automatización a aplicaciones residenciales, hay muchas razones para ello, pero el principal cambio es que, a través de la evolución tecnológica, aquellos sistemas grandes y complejos se han transformado en soluciones sencillas y eficientes, tan pequeñas como solo una récamara o tan grandes como toda la casa misma. Y eso sin contar la cantidad de equipos y dispositivos con los que la automatización puede enlazarse y formar sistemas extremadamente poderosos que funcionen con base en parámetros prestablecidos por la manera particular en que se vive y opera cada casa en particular.
El empleo de la automatización en aplicaciones comerciales, es relativamente reciente, en lugares como tiendas, bares o restaurantes, estos sistemas cumplen varias funciones, ya sea evitar que personal poco cuidadoso opere equipos sensibles, hasta generar ambientes o escenarios de acuerdo a las horas del día o eventos específicos, para que los clientes y usuarios se sientan cómodos y sin que nadie tenga que tocar o hacer nada. Tal vez lo mejor de todo, es que en muchas ocasiones, el personal ni siquiera sabe que existe el sistema.
A lo largo del tiempo, en el mundo corporativo, la automatización ha logrado beneficios como facilitar enormemente la vida de los usuarios que no son expertos en tecnología audiovisual, cosas como al reservación de espacios en salas de junta o soluciones de colaboración y varias de ellas diseñadas para el trabajo híbrido. La automatización ya no es sólo controlar equipos, ahora cuenta con soluciones de monitoreo que permiten asegurar la continuidad en los sistemas AV del usuario, no más juntas suspendidas porque algo no funciona, además de la posibilidad de recolección de información que permite obtener estadísticas de uso de salas y equipos, con lo que es posible planear y tomar decisiones.
La automatización seguirá progresando, más y mejores productos que marcaran una gran diferencia entre contar con ella o no. Y no solo los productos, en este caso lo más importante es un avanzado entendimiento de como hacer que suceda algo, ese es el trabajo de los expertos, facilitar las cosas para los usuarios.
Conclusión
Hoy igualamos a los Supersónicos en la facilidad de uso y los superamos en el potencial al unir varios equipos y subsistemas para operarlo como si fuera uno solo.
Con los sistemas de control y automatización sucede una cosa muy curiosa, el usuario final rara vez conoce el potencial, de ahí que, al entender las necesidades, deseos, estilos de vida y uso de cada espacio, es posible proponer funciones que resuelvan y/o faciliten la operación, al mismo tiempo que logran ahorros. Fantasía o realidad, hoy no hay limite para la automatización. La automatización funciona excelentemente bien cuando se cumple un solo requisito: una buena comunicación, idealmente entre el arquitecto, el contratista general, las especialidades involucradas y por supuesto el usuario.
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